Para unos 500 gr:
- 100 ml de leche
- 25 gramos de levadura fresca o 10 gr de levadura seca de panadería
- 250 gramos de harina de fuerza
- 70 gramos mantequilla
- 10 gramos de sal
- 1 huevo
- 10 gramos de azúcar
Preparación:
Para la elaboración de esta receta lo primero que vamos a hacer es poner la leche a temperatura ambiente. Esto lo podemos hacer calentando unos segundos en el microondas. La leche no tiene que quemar porque ahora le vamos a añadir el bloque de levadura y si está muy caliente la mataría. Así que a temperatura ambiente.
Disolvemos la levadura en la leche y ponemos en un recipiente hondo. Le incorporamos el huevo, que hemos batido previamente, la mantequilla, la harina y la sal y azúcar. Mezclamos hasta tener una masa homogénea y entonces vamos a amasar durante unos 15 minutos que es lo que se tarda aproximadamente en hacer un buen amasado.
Una vez amasado lo cubrimos con un paño y dejamos reposar en un sitio cálido (alrededor de 23º) por espacio de una hora. Pasado este tiempo pasamos la masa, que habrá doblado su volumen, a un molde untado de mantequilla para que no se nos pegue. Extendemos lo posible por el molde y no debe pasar de la mitad del mismo. Volvemos a tapar con un paño y dejamos reposar otra hora para que doble el volumen.
Precalentamos el horno a 180º y solo la parte de abajo y ponemos el molde dentro y lo dejamos una media hora o hasta que veáis que la masa ha subido hasta el borde del molde y por encima queda dorado.
Pasado este tiempo lo sacamos del horno y desmoldamos rápidamente para que no coja humedad del molde. Una vez que se haya enfriado estará listo.
Para cortar rebanadas es mejor usar un cuchillo de sierra ancho y la verdad es que las primeras rebanadas os pueden quedar un poco irregulares pero luego con la práctica seguro que os quedan más regulares.
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